Detectan la Colisión de Agujeros Negros Más Grande y Misteriosa Hasta la Fecha

Imagen tomada de ciencia.nasa.gov

Un equipo internacional de astrónomos ha registrado la colisión de agujeros negros más masiva jamás observada. El evento, denominado GW231123, no solo rompe récords por su magnitud, sino que también desafía las teorías actuales sobre cómo se forman estos gigantes cósmicos, presentando un doble misterio de masa y velocidad.


Un Evento Cósmico Sin Precedentes 🌌

La detección fue posible gracias a las ondas gravitacionales —diminutas ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo— que emanaron de la colisión. Estas ondas fueron captadas por los detectores del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO) en Estados Unidos. Aunque Albert Einstein predijo su existencia en 1915, no fue hasta 2016 que la tecnología humana pudo detectarlas, abriendo una nueva era en la astronomía.

GW231123 se destaca entre los casi 300 eventos similares detectados hasta ahora. Involucró a dos agujeros negros con masas estimadas en 100 y 140 veces la de nuestro Sol. Sin embargo, su enorme tamaño no es la única característica que intriga a los científicos.

El Doble Misterio: La «Brecha de Masa» y el Giro Extremo

El descubrimiento presenta dos grandes enigmas para los astrofísicos:

  1. La «Brecha de Masa»: Según los modelos actuales, las estrellas moribundas no deberían poder formar agujeros negros en un rango de masa específico, aproximadamente entre 60 y 130 masas solares. Los dos agujeros negros de GW231123 caen directamente dentro de esta «brecha de masa» prohibida, lo que plantea la pregunta: ¿cómo se formaron?
  2. Giro Ultrarrápido: Además de su masa, ambos agujeros negros giraban a una velocidad cercana al límite físico posible. La mayoría de los agujeros negros detectados previamente giraban mucho más lento, lo que sugiere que GW231123 tuvo un origen diferente.

La Hipótesis Principal: Fusiones en Cadena

La explicación más probable para resolver este doble misterio es la de fusiones jerárquicas. Esta teoría propone que los agujeros negros de GW231123 no nacieron del colapso de estrellas individuales, sino que son el resultado de colisiones anteriores.

En este escenario, agujeros negros más pequeños se fusionan, creando uno más grande. Este proceso, repetido en una especie de reacción en cadena, puede «construir» agujeros negros lo suficientemente masivos como para caer en la brecha de masa. Además, cada fusión tiende a acelerar el giro del objeto resultante, lo que explicaría las velocidades extremas observadas.

Una Nueva Ventana al Universo 🔭

Este descubrimiento subraya el poder de la astronomía de ondas gravitacionales. A diferencia de los telescopios tradicionales que dependen de la luz, instrumentos como LIGO nos permiten observar eventos cósmicos violentos que de otro modo serían invisibles. Revelan una población de agujeros negros que crece mediante fusiones, no solo consumiendo materia.

GW231123 supera con creces al anterior poseedor del récord, GW190521, y sugiere que podríamos estar al borde de descubrir toda una nueva clase de objetos cósmicos. Los científicos creen que futuras detecciones, especialmente con observatorios de próxima generación como el Telescopio Einstein en Europa, nos dirán si este evento fue una rareza o simplemente la punta de un iceberg cósmico mucho más grande.

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